Agroindustria argentina: el IACA revela 15 años de bajo crecimiento y más volatilidad pese a nuevos récords

La Bolsa de Comercio de Rosario presentó un análisis de largo plazo del IACA-Agroindustria, el indicador que monitorea la actividad de industrialización de productos primarios: molienda de granos, producción de carnes, lácteos y biocombustibles. El estudio revela dos etapas claramente diferenciadas: una fase de crecimiento sostenido entre los ’90 y 2010, y otra —desde 2010 hasta 2025— marcada por una menor tasa de expansión y una volatilidad creciente.

1990–2010: dos décadas de avance continuo

Durante los años ’90, el subíndice registró un fuerte crecimiento impulsado por la molienda de soja, la lechería y la faena aviar. Entre 1993 y 1999 la actividad acumuló un alza del 40%, pese al retroceso de la faena bovina producto del cierre de mercados internacionales por aftosa y vaca loca.
La recesión 1999–2002 provocó una caída del 8%, pero a partir de 2002 comenzó la etapa de mayor expansión de toda la serie: entre 2002 y 2009 la agroindustria creció un 50%, con avances en todas sus ramas y una incidencia decisiva de la molienda de soja, la recuperación ganadera y la suba del sector lácteo.

2010–2025: la ralentización y los altibajos

Desde el pico de 2009, la serie muestra una tendencia clara: crecimiento más lento y mayor oscilación. A lo largo de 15 años, el avance acumulado fue del 18%, muy por debajo del dinamismo previo.
El indicador alcanzó su máximo histórico en septiembre de 2025, pero lo hizo después de atravesar múltiples shocks sectoriales que golpearon a distintas ramas de la industria.

Desglose por cadenas agroindustriales

1. Molienda de granos: expansión histórica y posterior freno

Entre 1993 y 2007 este subíndice creció 200%, casi exclusivamente gracias a la molienda de soja, que acompañó la expansión agrícola y una duplicación de la capacidad instalada de procesamiento (de 19,5 Mt a 51,5 Mt).
Sin embargo, entre 2007 y 2024 la expansión se redujo a apenas 15%, afectada por la falta de crecimiento de la producción sojera y por restricciones a la importación temporaria. La molienda de trigo, cebada y girasol se mantuvo prácticamente estancada durante 17 años.

2. Carnes: ciclos fuertes y cambios en el consumo

La faena tuvo un retroceso del 13% hasta 2002, pero luego creció 67% hasta 2009 por la recomposición del stock bovino y el crecimiento de los sectores porcino y aviar.
La aplicación de cupos de exportación derivó en una liquidación extraordinaria de vientres que disparó la faena hasta 2009, seguida de un derrumbe del 25% en 2010.
Desde ese piso, el índice creció 53% hasta 2023 gracias al repunte bovino y al fuerte desarrollo de la porcicultura, aunque la faena volvió a disminuir recientemente por la retención post-sequía 2022/23.

3. Lechería: volatilidad persistente

Entre 1993 y 1999 la producción láctea creció 60% por mejoras tecnológicas, pero cayó 30% hasta 2003 por la recesión y la baja de precios internacionales.
Luego repuntó 57% entre 2003 y 2012, traccionada por mejores precios y mayor consumo interno.
Después de 2012 el sector alternó subas y bajas sin tendencia clara, afectado por la pérdida de poder adquisitivo local y una demanda externa poco dinámica. El nivel actual es 1% inferior al de hace 13 años.

4. Biocombustibles: auge y retrocesos por política sectorial

El sector vivió un boom entre 2008 y 2017, creciendo casi 800% gracias al marco de la Ley de Biocombustibles y al aumento de los cortes obligatorios.
Pero desde su máximo histórico, la actividad cayó 47% afectada por el cierre del mercado estadounidense, la crisis del COVID-19, la sequía 2022/23 y sucesivos cambios regulatorios que frenaron la recuperación.

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