El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) encendió las alarmas por la posible entrada al país del “jopo del girasol” (Orobanche cumana), una maleza parásita que no está presente en Argentina pero sí fue detectada recientemente en Bolivia. Más de 50 especialistas de organismos públicos y privados trabajan en conjunto para reforzar la vigilancia y prevenir su ingreso.
El Senasa advirtió sobre el riesgo de ingreso del jopo del girasol (Orobanche cumana), una maleza parásita que representa una grave amenaza para la producción de girasol. Aunque aún no se encuentra en el territorio argentino, su detección en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) durante 2023 encendió las alertas en toda la región.
Durante un encuentro del Comité Técnico Interinstitucional, convocado por el Senasa, se coordinaron acciones preventivas y de control para evitar su ingreso. Participaron más de 50 representantes de entidades públicas y privadas, entre ellas el INTA, INASE, ASAGIR, ASA, la Comisión Federal Fitosanitaria (CFF), universidades y colegios profesionales.
El organismo sanitario recordó que en 2024 se declaró una alerta fitosanitaria y se elaboró un Plan de Contingencia que incluye protocolos de diagnóstico, monitoreo preventivo y comunicación ante posibles detecciones.
El Dr. Miguel Cantamuto, especialista en malezas y exinvestigador de INTA y Conicet, explicó que la plaga se propaga rápidamente: “El jopo parasita al cultivo de girasol y puede causar pérdidas severas. Sus semillas diminutas se dispersan por viento, agua, animales, maquinaria o ropa de personas que transitan por zonas afectadas”, detalló.
El Senasa recordó que la maleza puede trasladarse también a través de maquinarias agrícolas o herramientas utilizadas durante la siembra y cosecha, por lo que recomienda el uso exclusivo de semillas certificadas por el INASE y el cumplimiento de los requisitos fitosanitarios para la importación.
