A partir de mayo de 2025, comenzó a regir un nuevo aumento en el boleto de colectivos en el AMBA, que eleva las tarifas en un 6% promedio. Esta medida fue dispuesta por el Ministerio de Transporte de la Nación con el objetivo de sostener la operatividad del sistema de transporte urbano y ajustar los ingresos de las empresas prestadoras frente al incremento de costos logísticos y operativos.
La nueva tarifa de colectivos en el AMBA responde a la necesidad de adaptar el sistema tarifario al contexto inflacionario actual y garantizar un servicio eficiente en uno de los conglomerados urbanos más densamente poblados de América Latina. El boleto mínimo, que cubre recorridos de hasta 3 km, pasó a costar $84, mientras que los tramos más extensos superan los $116, según el trayecto y la empresa.
Además del incremento, el Gobierno incorporó nuevas modalidades de pago digitales, como billeteras virtuales y tarjetas de débito con tecnología sin contacto, lo que busca modernizar la experiencia del usuario y reducir el uso de efectivo. Este avance se suma a los sistemas ya existentes como la tarjeta SUBE, que continúa siendo la herramienta principal para acceder a los descuentos sociales y trasbordos.
El ajuste en el transporte urbano de Buenos Aires ha generado reacciones dispares. Mientras algunas organizaciones de usuarios critican la carga sobre los sectores de menores ingresos, desde el sector empresarial señalan que el aumento aún no compensa completamente el atraso tarifario acumulado en años anteriores.
Desde el Ministerio de Economía, explicaron que el ajuste tarifario es parte de una estrategia más amplia que apunta a reducir subsidios estatales de forma gradual, en línea con los compromisos fiscales asumidos. Sin embargo, aún se mantienen vigentes beneficios como el boleto estudiantil y jubilado, que seguirán siendo gratuitos o bonificados según el perfil del usuario.
En resumen, este nuevo aumento en las tarifas del transporte público marca otro paso dentro del proceso de normalización económica encarado por el Gobierno, en un contexto de transición hacia un modelo más sustentable y menos dependiente del financiamiento estatal.