En febrero de 2024, Argentina marcó un hito en la lucha contra el cambio climático al certificar la primera producción de carne vacuna carbono negativo a nivel mundial. Este logro fue alcanzado gracias a un trabajo conjunto entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y dos establecimientos ganaderos ubicados en las provincias de Entre Ríos y Córdoba.
El proyecto recibió una Declaración Ambiental de Producto (EPD, por sus siglas en inglés) para la producción de un kilo de peso vivo bovino, avalando que se trata de un proceso carbono negativo. Esto implica que la cantidad de gases de efecto invernadero capturada durante la producción supera las emisiones generadas.
“Dato mata relato”, afirmó Rodolfo Bongiovanni, investigador del INTA y coordinador del proyecto “Diseño y desarrollo de sistemas de producción sostenibles”, destacando la relevancia científica de este avance. Este proyecto pionero contó con la colaboración de Leticia Tuninetti, ingeniera agrónoma del INTI, y el sector privado.
La certificación se obtuvo mediante el sistema de ecoetiquetado más riguroso del mundo, la EPD, que tiene una vigencia de cinco años. Según los responsables, esta validación no solo posiciona a Argentina como referente en la producción ganadera sostenible, sino que también abre la puerta a nuevos estándares globales para mitigar el impacto ambiental de la actividad ganadera.
