A partir del lunes 4 de diciembre, entrarán en vigor modificaciones en el sistema de aportes de salud en Argentina. Los trabajadores podrán optar por dirigir sus aportes salariales directamente a una prepaga o a una obra social, eliminando la intermediación conocida como “peaje de la salud”, que representaba entre un 3% y 7% del costo del servicio. Esto podría derivar en cuotas más bajas o aumentos moderados, dependiendo de las decisiones de cada empresa de medicina privada.
La medida busca acabar con la triangulación entre prepagas y obras sociales, un mecanismo vigente por décadas. Según estimaciones, 4,3 millones de trabajadores podrían beneficiarse del nuevo sistema, gestionando sus elecciones a través de una plataforma que habilitará el Ministerio de Salud. Además, se trabaja en una actualización de la app Mi Argentina para que los usuarios puedan verificar cómo se distribuyen sus aportes.
Impacto en el Fondo Solidario de Redistribución (FSR)
El FSR, que recibe el 15% de los aportes para cubrir gastos de atención médica, especialmente para personas con discapacidad, absorbe un importante volumen de recursos. Solo en noviembre, la triangulación costó $41.158 millones, y los gastos de educación y transporte relacionados con el FSR alcanzaron los $88.225 millones.
El Gobierno plantea que las provincias asuman estos gastos, que en 2024 se estiman en $450.000 millones, argumentando que se trata de responsabilidades jurisdiccionales. La discusión podría generar tensiones con los gobernadores.
Aunque la cantidad de afiliados con discapacidad atendidos por el FSR creció un 13,5% en el último año, el subsidio per cápita solo subió un 150,7%, quedando por debajo de la inflación interanual, aunque por encima del aumento de precios en el rubro Salud.
Con estos cambios, el Gobierno busca mayor transparencia y eficiencia en el uso de los recursos del sistema de salud.
