Durante la primera semana de agosto comenzó el relevamiento de pre-campaña para el ciclo 2025/26, con el objetivo de estimar la intención de siembra de soja a nivel nacional. Los datos preliminares anticipan una reducción del 4,3% en la superficie destinada al cultivo, que pasaría de 18,4 a 17,6 millones de hectáreas.
Pese a la baja interanual, el área proyectada se ubicaría como la segunda más alta de los últimos cinco ciclos y superaría el promedio del período, que ronda las 17 millones de hectáreas. La reducción se explica principalmente por la menor intención de siembra de soja de primera, frente al avance de otros cultivos como maíz y girasol, sumado al crecimiento del trigo. La baja presión de Dalbulus maidis favoreció la recuperación del maíz, mientras que el girasol mostró buen desempeño en la campaña anterior.
En paralelo, la expansión triguera impulsa un mayor volumen de soja de segunda, lo que modera la caída en la superficie nacional. El escenario climático, hasta ahora, se presenta con precipitaciones dentro de los rangos normales para la ventana de siembra, aunque los factores económicos siguen pesando con fuerza. La relación insumo-producto y los márgenes ajustados condicionan la expansión de la oleaginosa.
Con este ajuste de 800 mil hectáreas menos respecto a la campaña previa, la intención de siembra de soja rompe la racha alcista de los últimos cuatro ciclos, reflejando un cambio de tendencia en la planificación agrícola.
La próxima campaña agrícola se perfila con cambios en la composición de cultivos a nivel regional. Los informes técnicos señalan que la soja cedería superficie en varias zonas del país, desplazada principalmente por el repunte del maíz y el avance del girasol, aunque con matices según cada área productiva.