El campo argentino atraviesa un escenario de recuperación tras años de sequía. Las lluvias mejoraron los perfiles de humedad del suelo, impulsando las expectativas de una gran campaña 2025. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, las exportaciones de oleaginosas crecen en volumen, aunque los precios internacionales se mantienen en mínimos históricos.
El agro argentino inicia un nuevo ciclo con optimismo y mejores condiciones productivas. Luego de más de una década marcada por sequías recurrentes, las lluvias de los últimos meses permitieron recuperar las reservas hídricas en gran parte del país, lo que genera una base sólida para encarar la campaña agrícola 2025.
De acuerdo con Emilse Terré, integrante del Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), tanto el contexto internacional como el local “transitan una etapa de mucha positividad”, impulsada por factores geopolíticos, recuperación climática y mayor estabilidad económica.
A nivel global, la política comercial de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump influye directamente en los flujos de comercio mundial. En el plano local, los cambios en el esquema de retenciones impactaron sobre la comercialización de granos: durante el primer semestre de 2025, una baja temporal de alícuotas aceleró ventas, especialmente de soja, aunque el ritmo se moderó cuando las tasas regresaron a sus valores habituales.
En materia de exportaciones, el complejo oleaginoso muestra un crecimiento destacado en volumen. China sigue siendo un comprador clave y empuja la demanda de poroto de soja sin procesar, aunque la harina de soja continúa siendo el principal producto exportado por Argentina.
Por Luis Ciucci Periodista Difusión Empresarial
