El Ministerio de Comercio de China extendió hasta el 26 de enero de 2026 la investigación de salvaguardia sobre la carne vacuna importada. La postergación mantiene en vilo al mercado global y ofrece un respiro temporal para las exportaciones argentinas, en un contexto de fuerte competencia internacional.
China volvió a demorar la definición sobre si aplicará o no salvaguardas —posibles subas de aranceles— a las importaciones de carne vacuna. El Ministerio de Comercio informó que, “por la complejidad del caso”, extendió el plazo de análisis hasta el 26 de enero de 2026, una decisión que reconfigura el tablero mundial del comercio cárnico.
La investigación, iniciada el 27 de diciembre de 2024 y ya prorrogada anteriormente, surgió a partir del reclamo de productores chinos que denunciaron que el aumento de las importaciones estaba afectando los precios internos. Las salvaguardas son mecanismos temporales contemplados por la OMC para mitigar impactos negativos sobre la industria local, sin considerarse sanciones comerciales.
Factores detrás de la postergación
Desde el Consorcio de Exportadores ABC, que agrupa a las principales plantas exportadoras de Argentina, interpretan que la decisión responde a dos elementos centrales:
- La necesidad de asegurar stock suficiente antes del Año Nuevo Lunar, período en el que se dispara el consumo interno.
- La reciente baja de aranceles de Estados Unidos para la carne brasileña, una medida que podría alterar los flujos globales y obligar a China a recalcular su estrategia.
Para la Argentina, el gigante asiático es un socio crítico: el 70% de las exportaciones de carne vacuna tiene como destino China.
Reacciones en la industria
El presidente de la cámara Fifra, Daniel Urcía, consideró que el retraso “es una buena noticia en el corto plazo”, ya que evita un impacto inmediato en las exportaciones y permite mantener las ventas sin cambios arancelarios.
Durante la última edición de la feria CIIE en Shanghái, representantes del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) mantuvieron reuniones con funcionarios chinos, en las que expresaron su rechazo a la posible aplicación de salvaguardas. “Los estudios realizados demuestran que no corresponde implementar una medida de este tipo”, aseguró su titular, Georges Breitschmitt.
No obstante, el directivo admitió que, en caso de que Beijing avance con alguna medida, sería “preferible la aplicación de un arancel mínimo” para evitar un freno abrupto a la cadena de ganados y carnes argentina.
Un impacto global
Si bien la investigación abarca a todos los países proveedores, los orígenes bajo mayor escrutinio son Argentina, Brasil, Estados Unidos, Uruguay, Australia y Nueva Zelanda. La decisión final de China será determinante para el equilibrio del mercado internacional de carne, en un escenario de creciente competencia y tensiones comerciales.
