El programa espacial chino continúa expandiendo sus límites. El pasado 24 de abril, China lanzó con éxito la misión tripulada Shenzhou-20, que transporta a tres astronautas hacia la estación espacial Tiangong, consolidando así su creciente rol como potencia espacial global.
La nave, lanzada desde el Centro Espacial de Jiuquan, recorrerá el espacio durante seis meses, período en el cual la tripulación realizará 59 experimentos científicos de alto impacto, centrados en biociencia, física en microgravedad y nuevas tecnologías aplicadas. Los objetivos incluyen avances en medicina espacial, comportamiento celular, y materiales para futuras misiones a largo plazo.
Este lanzamiento tripulado Tiangong 2025 forma parte del ambicioso plan de China para establecer una presencia permanente en el espacio. Tiangong, cuyo nombre significa «Palacio Celestial», será operada de forma continua por relevos tripulados y se posiciona como una alternativa asiática a la Estación Espacial Internacional.
El éxito de Shenzhou-20 refuerza el liderazgo tecnológico del país en una carrera donde la exploración científica y el dominio estratégico del espacio son prioridades clave. Además, refleja el compromiso del gobierno chino con el desarrollo de una industria aeroespacial autosuficiente y competitiva.
La misión no solo representa un logro científico, sino también un poderoso símbolo de soberanía tecnológica, en un contexto internacional donde las potencias disputan el liderazgo en la nueva era del espacio.