Cómo salvar al peso sin morir en el intento

Parte del informe
¿Cómo hacer para desdolarizar la economía argentina?
La alternativa a dolarizar es implementar una agenda de políticas públicas que permita fortalecer la moneda nacional en todas sus funciones. La literatura y la experiencia regional muestran que es un proceso que lleva tiempo, pero es posible. Prácticamente todos los países de nuestra región, incluyendo casos muy diversos como los de Brasil, Bolivia, Chile, México, Colombia, Perú y Uruguay, han logrado frenar la inflación sin sacrificar la moneda nacional ni perder innecesariamente grados de libertad.
Qué hacer:

Estabilizar la economía.
Generar incentivos reales y sostenidos para el ahorro en pesos: para recuperar la función de la moneda como reserva de valor, es necesario que la tasa de interés de los instrumentos en pesos sea mayor a la inflación esperada y a la expectativa de rentabilidad de las alternativas en dólares. Para esto, es indispensable evitar los saltos del tipo de cambio.
Establecer regulaciones prudenciales y políticas de coordinación: es necesario incentivar los depósitos en pesos a través de menores encajes que los denominados en dólares y de seguros de depósitos solo para aquellos en pesos. Para fomentar el uso de la moneda nacional como unidad de cuenta y medio de pago, son necesarias resoluciones que induzcan a listar precios en pesos.
Completar mercados: para fortalecer la función de reserva de valor de la moneda local es fundamental que el sector público sea capaz de ofrecer instrumentos en pesos a corto, mediano y largo plazo, de manera que los bancos también puedan ofrecer préstamos en pesos al sector privado a diferentes plazos.
Fomentar la desindexación de contratos: si bien la indexación permite que la moneda conserve algunas de sus funciones en contextos inflacionarios, lo hace a costo de enraizar la inercia y establecer un piso de inflación difícil de perforar.
Mantener prudencia frente a la circulación del dólar: de permitirse la circulación del dólar, se recomiendan políticas estrictas de supervisión para evitar el ahorro en esa moneda fuera del sistema y el riesgo de elevar el grado de bimonetarismo.
Qué no hacer:

Pesificar compulsivamente los depósitos en dólares, porque reafirma los incentivos a ahorrar en moneda extranjera.
Destruir las estadísticas públicas. Esto mina la confianza, en especial cuando la rentabilidad de los instrumentos en pesos está ligada a la inflación.
Incumplir los compromisos de la deuda en pesos es innecesario y es la forma más drástica de castigar a la moneda nacional.
Restringir el acceso al mercado de cambios solo en casos extremos, dado que generan grandes distorsiones e incentivos contraproducentes.
Algunas de estas medidas lucen poco probables en el contexto actual, pero no lo serán en el caso de iniciarse un proceso de estabilización. Estabilizar y fortalecer la moneda propia lleva tiempo: requiere que el arco político encuentre mínimos denominadores comunes para poder sostener las políticas en el tiempo, independientemente de quién gobierne. La experiencia regional nos demuestra que es posible y el análisis de las alternativas sostiene que es deseable.

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