Congreso Internacional del Maíz: reclamos por políticas públicas y certezas para transformar el potencial en crecimiento real

El 4° Congreso Internacional del Maíz tuvo en Rosario una de sus jornadas más intensas, con un panel en la Sala Syngenta que puso en primer plano los desafíos estructurales del sector. Bajo la consigna “¿Cuánto hay en juego?”, referentes de la producción, la innovación y la industria remarcaron la necesidad de políticas públicas claras, estabilidad macroeconómica y un marco que brinde certidumbre para que el maíz argentino pueda desplegar todo su potencial.

El encargado de abrir el debate fue Alfredo Paseyro, Director Ejecutivo de la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), quien invitó a reflexionar sobre el presente y futuro de la producción. Allí, Federico Zerboni, presidente de Maizar, no dudó en señalar las fallas de larga data: “Hace 70 años que escuchamos que Argentina es un paraíso para producir. Eso tiene que cambiar. El Estado se queda con más del 60% de lo que genera el productor. El sistema no funciona”.

Con datos en mano, Zerboni marcó la diferencia con países vecinos: “Brasil colocó al agro como socio estratégico en los 90 y su PBI creció un 257% en tres décadas. Paraguay avanzó un 252% y Uruguay un 324%. Argentina, apenas un 50%. Necesitamos un giro profundo en políticas públicas, porque no alcanza con hablar de potencial mientras nuestros vecinos crecen de forma impresionante”.

Políticas públicas como motor del maíz

En la misma línea, Manuel Ron, de la Agencia Innovar Córdoba, destacó el rol estratégico de la alianza productiva entre Argentina, Brasil y Estados Unidos, que concentran entre el 70 y 80% de las exportaciones globales de maíz. “Cuando nos comparamos, surge una envidia constructiva: ellos aplican políticas públicas que respaldan la producción, con incentivos para invertir y redes de contención. En Argentina, la falta de certezas frena el salto productivo. Nunca sabemos si habrá nuevos impuestos, y eso desalienta cualquier apuesta fuerte”, remarcó.

El aporte del sector privado

Desde el ámbito empresarial, Maximiliano Cueto, líder de Maíz y Protección de Cultivos en Bayer Crop Science Cono Sur, expuso el impacto de las inversiones privadas en la cadena. La compañía cuenta con la planta de semillas más grande del mundo en Rojas, con 23 hectáreas, capacidad para producir 5 millones de bolsas de maíz y más de 2.500 puestos de trabajo.

“En los últimos tres años invertimos 100 millones de dólares para sumar valor tecnológico. Más de la mitad de nuestra gente es de Rojas, pero también llegan de Pergamino y Santiago del Estero. Además, producimos semillas desde Balcarce hasta Catamarca, con un cluster en el NOA que es clave para el abastecimiento de germoplasma subtropical en todo el norte argentino”, explicó.

La conclusión del panel fue unánime: el maíz argentino tiene condiciones naturales y empresariales para liderar en el mundo, pero necesita reglas de juego estables, políticas previsibles y una visión estratégica de largo plazo. Sin ese marco, la palabra “potencial” seguirá siendo una promesa sin cumplir.

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