Crisis del biodiésel en Argentina: la producción cayó 67% y opera con el 75% de su capacidad ociosa

La industria del biodiésel atraviesa su peor momento en más de 15 años. Con niveles de producción mínimos desde 2008, el sector enfrenta el cierre de mercados clave, una caída en el consumo interno y una capacidad ociosa que supera el 75%. Especialistas advierten que, pese al escenario adverso, Argentina tiene potencial para recuperar su protagonismo en el mercado global de biocombustibles.

El panorama actual de los biocombustibles en Argentina es tan desafiante como decisivo. Según datos del sector, la producción de biodiésel acumulada hasta agosto de 2025 se encuentra en su punto más bajo desde 2008, cuando la industria recién comenzaba a desarrollarse en el país.

Las causas de esta retracción son múltiples. Por un lado, el mercado interno muestra una baja interanual del 4%, mientras que las exportaciones atraviesan una auténtica “tormenta perfecta”: el cierre definitivo del mercado estadounidense, vigente desde 2017, y el escaso nivel de ventas hacia la Unión Europea, hoy el único destino relevante para el biodiésel argentino.

A este escenario se suma el impacto de la modificación de la Ley de Biocombustibles en 2021, que redujo los cortes obligatorios de mezcla. Desde el récord alcanzado en 2017, la producción nacional cayó un 67%, situando a la Argentina como el país con mayor retroceso global en este rubro. En 2017 representaba el 7,8% de la producción mundial, mientras que hoy apenas alcanza el 1,5%.

Santa Fe continúa siendo el corazón del sector, concentrando el 80% de la capacidad productiva nacional. Allí, las plantas agregan valor al aceite de soja y contribuyen a la reducción de emisiones de CO₂, un beneficio clave para la transición energética.

Por Luis Ciucci Periodista Difusión Empresarial

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