Con una economía más estable y la desaceleración de la inflación, comienza a crecer una tendencia incipiente hacia el ahorro planificado. Nuevas plataformas y dispositivos buscan acompañar este cambio ofreciendo soluciones para optimizar los excedentes.
La relativa estabilización de la macroeconomía argentina empieza a generar transformaciones en los hábitos financieros de algunos sectores sociales. El consumo acelerado —utilizado como estrategia defensiva para desprenderse de pesos que perdían valor— comienza a dar paso gradualmente a una mayor planificación y al ahorro entre quienes lograron recomponer ingresos reales tras la fuerte caída registrada a fines de 2023 y durante el primer trimestre de 2024.
En este contexto surgen nuevas herramientas tecnológicas diseñadas para facilitar la gestión de excedentes. Desde dispositivos que ayudan a organizar finanzas personales hasta aplicaciones que analizan gastos, establecen metas y recomiendan montos de ahorro, estas soluciones, ya consolidadas en otros países, prometen expandirse con fuerza en Argentina.
Una de las innovaciones recientes es Sav3, una plataforma lanzada el pasado miércoles que busca integrar y simplificar el ecosistema de ahorro digital, hoy atomizado entre distintas cuentas, billeteras y servicios. Pensada para bancos, fintechs y empresas de consumo, Sav3 permite fidelizar clientes mediante propuestas de ahorro automático y recurrente.
“El concepto más simple para definir nuestro proyecto es el de una alcancía inteligente”, explicó a El Economista Gonzalo Abálsamo, CEO de Sav3. “Brindamos esta tecnología para que los ahorristas puedan cumplir sus objetivos, desde comprar un paquete de viajes hasta un auto, con mejores rendimientos”, agregó.
Abálsamo viene explorando este camino desde inicios de la década. En 2020, en plena expansión de las billeteras digitales orientadas a los pagos, el empresario optó por enfocarse en soluciones para el ahorro a mediano y largo plazo. Ese año lanzó Simplestate, una plataforma que permite invertir en metros cuadrados de propiedades en Uruguay y Estados Unidos. Una vez definida la meta —como viajar al Mundial 2026 o adquirir un vehículo en dos años— el sistema proyecta plazos y rendimientos a partir de inversiones diversificadas en proyectos de real estate.
El avance de estas herramientas tecnológicas marca una nueva etapa en la relación de los usuarios con sus finanzas, en la que el ahorro vuelve a ocupar un rol protagonista tras años de inestabilidad.
