“Del portón para adentro”: la filosofía de gestión de Gustavo Crucianelli en la industria nacional

Gustavo Crucianelli, CEO del Grupo Crucianelli, compartió en el podcast La Fábrica una mirada sincera sobre los desafíos y aprendizajes de liderar una empresa industrial en Argentina. Con una trayectoria familiar que atraviesa generaciones, habló sobre la profesionalización, el acceso al crédito, la presión impositiva, la productividad y el compromiso con la innovación.

“Producir en Argentina es divertidísimo”, dice entre risas Gustavo Crucianelli, aunque no lo hace a la ligera. Es consciente de las complejidades del contexto económico, los costos estructurales, las trabas al crédito y la inestabilidad normativa. Sin embargo, ese mismo entorno, afirma, obliga a los industriales a ser naturalmente competitivos y a enfocarse en lo que él denomina la gestión “del portón para adentro”: productividad, calidad y equipo.

Durante la entrevista, Crucianelli reflexionó sobre el rol del Estado y la necesidad de reglas claras, pero hizo hincapié en la responsabilidad que tienen los empresarios: “Hay que hacer muchísimo trabajo puertas adentro para lograr eficiencia. Invertimos en tecnología y procesos, pero también en formar equipos sólidos”.

Su relato también recorre su propia historia personal dentro de la fábrica. Empezó desde chico, “a los ocho días”, jugando y cobrando por separar piezas —que luego descubrió que su padre había movido de una lata a otra para enseñarle. Recorrió todos los sectores, estudió gestión de producción en Rosario, y finalmente asumió la gerencia general tras el simbólico brindis del 31 de diciembre de 2013, cuando su padre anunció públicamente el traspaso.

El crecimiento del Grupo Crucianelli ha sido sostenido: “Crecimos casi al doble desde 2016-2017, con mucha más productividad”, subraya. Parte de ese salto se explica por su temprana apuesta por la automatización: fueron la primera empresa en Latinoamérica en incorporar robótica de industria automotriz para la fabricación de maquinaria agrícola, algo que iniciaron en los años ’90.

En el núcleo de su gestión está la confianza en su equipo: “Me apoyo 100% en ellos. Cada uno es el mejor en lo que hace. Yo estoy para acompañar, no para tapar”.

Crucianelli deja en claro que la cultura del trabajo, el aprendizaje a partir del error, la visión a largo plazo y la capacidad de adaptarse a la realidad argentina son tan determinantes como cualquier tecnología o maquinaria.

Este contenido fue extraído de la entrevista a Gustavo Crucianelli en el podcast “La Fábrica”.

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