Desafíos en la Campaña de Maíz: Así lo ve Claudia Vega de INTA Manfredi

La temporada de maíz en la región ha presentado desafíos inesperados, según lo revela Claudia Vega, investigadora del INTA Manfredi. A pesar de los pronósticos que anticipaban un año con mayores precipitaciones debido al fenómeno de El Niño, la realidad ha sido diferente. Vega señala que la distribución de las lluvias ha sido atípica, con periodos de sequía durante momentos críticos del cultivo.

En un ensayo específico, se registraron apenas 340 mm de agua disponible, una cantidad relativamente baja para las etapas cruciales del maíz. Esta escasez se agravó en diciembre, donde la ausencia de precipitaciones durante un periodo crítico afectó negativamente a los cultivos, especialmente aquellos sembrados tempranamente. Además, las altas temperaturas hacia finales de enero aumentaron el estrés en estas plantaciones.

Vega destaca la importancia de comprender los patrones de distribución de las precipitaciones y hacer un seguimiento constante de los pronósticos. A pesar de la situación actual, hay una esperanza: los suelos han logrado recuperarse en cierta medida, con un nivel de agua almacenada que alcanza el 80-100% de su capacidad. Sin embargo, enfatiza en la necesidad de conservar el agua en profundidad, especialmente para el momento crítico de la floración del maíz.

Mirando hacia el futuro, Vega advierte sobre la incertidumbre que podría presentar la próxima temporada, caracterizada por un posible fenómeno de La Niña, que podría traer consigo una alta variabilidad en las precipitaciones de primavera. En este contexto, es fundamental tomar precauciones y ajustar los manejos de cultivos teniendo en cuenta la disponibilidad de agua en el suelo y las condiciones climáticas previstas para la región.

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