El agro argentino toca su techo productivo: crece la producción, pero se estanca la productividad

Aunque el campo argentino duplicó su superficie sembrada y triplicó su producción en las últimas décadas, el crecimiento muestra señales de agotamiento. La expansión del área cultivada ya no alcanza y la productividad total se estanca, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La producción agropecuaria argentina mantuvo una expansión sostenida en el largo plazo, pero en los últimos años ese impulso comenzó a frenarse. De acuerdo con un estudio elaborado por Bruno Ferrari y Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el sector enfrenta hoy límites estructurales en la mejora de la productividad, lo que condiciona el crecimiento futuro.

Desde principios del siglo XX, la producción del agro argentino ha mostrado un desarrollo notable, apoyado en la expansión del área agrícola, el uso intensivo de insumos y la incorporación de tecnología. Entre las campañas 1990/91 y 2018/19, la superficie sembrada se duplicó, pasando de 20 a más de 40 millones de hectáreas, mientras que la producción total se triplicó y media, alcanzando un récord de 141,5 millones de toneladas.

Sin embargo, desde aquel máximo histórico en 2018/19, no se ha vuelto a superar ese nivel de producción, a pesar de que el área sembrada aumentó en casi 5 millones de hectáreas. La consecuencia es clara: el crecimiento del agro argentino se desacelera y ya no proviene de mayores rendimientos por hectárea, sino principalmente del uso intensivo de capital e insumos.

Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), en los últimos 12 años (2011-2022) la producción agropecuaria argentina creció a una tasa promedio anual de apenas 1,46%, el registro más bajo desde la década del 80.

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