El economista sorprendió a más de 500 empresarios al afirmar que el metro cuadrado en Argentina está más accesible de lo que se cree. Dijo que medir en dólares ya no sirve y comparó la propiedad con oro, bitcoin y salarios, con conclusiones inesperadas.
Claudio Zuchovicki capturó la atención del auditorio en La Rural con una afirmación que descolocó a propios y ajenos: “El ladrillo está más accesible de lo que muchos creen”. Para sostener esa idea, planteó un cambio de enfoque: dejar de medir el valor del metro cuadrado únicamente en dólares y analizarlo a través de indicadores más amplios como salarios, oro, bitcoin y costos reales de construcción.
Zuchovicki explicó que el dólar dejó de ser un termómetro confiable para valuar activos globales. “Lo que bajó no es el metro cuadrado, lo que bajó es el dólar”, afirmó, al recordar que Estados Unidos emitió “un cuarto del dinero existente”, debilitando el poder de compra de la divisa. Bajo esa premisa, seguir midiendo propiedades en dólares puede dar una imagen distorsionada del mercado.
Para graficar su punto, presentó comparaciones poco habituales: el metro cuadrado medido en oro está en mínimos históricos, y medido en bitcoin casi ni figura en el gráfico. Ambas métricas apuntan a la misma conclusión: no fue el ladrillo el que se abarató, sino la moneda en la que tradicionalmente se lo mide.
El economista también citó datos del análisis de John C. Petti sobre valores inmobiliarios globales. Según ese relevamiento, Caracas tiene el metro cuadrado más barato del mundo (US$50/m²) y Hong Kong, el más caro (US$26.000/m²). Argentina, con valores entre US$2.200 y US$2.500/m², se ubica dentro de la franja promedio latinoamericana. Pero la clave, enfatizó, no es el precio en dólares, sino cuántos salarios se necesitan para comprar un metro cuadrado. Y allí surgió el dato revelador: aun con ingresos promedio cercanos a US$1.100, “los metros cuadrados en Argentina hoy están más baratos que cuando estaban más baratos”.
Como cierre, Zuchovicki planteó un escenario posible de cambio radical: la vuelta del crédito hipotecario. “Si empieza el crédito, es otro camino”, anticipó, al sugerir que el financiamiento podría desatar la demanda reprimida y modificar de manera profunda la dinámica de precios del sector inmobiliario.