Fuente: AP photo by Evan Vucci.
Mientras el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanza con medidas a favor de las criptomonedas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se mantiene en silencio. Esta actitud contrasta con la postura que tomó el organismo cuando Nayib Bukele decidió adoptar Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador.
En 2021, el FMI advirtió rápidamente sobre los «riesgos significativos» de la estrategia salvadoreña y condicionó el acuerdo financiero con el país a cambios en la Ley Bitcoin. Sin embargo, en la actualidad, ante la creación de una reserva estratégica de criptomonedas en EE.UU. y el respaldo institucional a Bitcoin, el organismo evita pronunciarse.
El doble estándar del FMI con las criptomonedas
Desde que Trump asumió su segundo mandato en enero, su administración ha impulsado varias políticas favorables al ecosistema cripto. Se estableció un grupo de trabajo para evaluar el mercado de activos digitales, la SEC ha relajado su postura hacia empresas del sector y se está discutiendo una legislación más permisiva.
Pese a esto, el FMI no ha tomado una posición firme. En diciembre, su portavoz Julie Kozak señaló que el organismo “evaluará la situación” cuando las medidas estadounidenses sean implementadas. No obstante, cuando El Salvador avanzó con la adopción de Bitcoin, el FMI reaccionó de inmediato con advertencias y presiones económicas.
EE.UU. y el FMI: una relación clave
El papel de Estados Unidos dentro del FMI podría explicar esta diferencia de trato. Con un aporte superior al 16% del total de fondos, Washington ejerce una influencia clave en las decisiones del organismo. Además, Trump ha insinuado la posibilidad de retirar a EE.UU. del FMI o reducir drásticamente su financiamiento, lo que podría debilitar su estructura operativa.
En este contexto, el FMI parece optar por la prudencia, esperando a que el gobierno de Trump defina su estrategia antes de emitir un juicio. Sin embargo, esta postura podría generar tensiones internas en el organismo, especialmente si se sigue favoreciendo a ciertos países mientras se castiga a otros por adoptar políticas similares.
¿Choque inminente entre el FMI y Trump?
La incertidumbre crece a medida que avanza el plan de Trump. Si el FMI mantiene su silencio, podría quedar en evidencia un sesgo político en sus decisiones. Pero si eventualmente se pronuncia en contra de la estrategia estadounidense, podría desatarse un conflicto con la administración republicana.
Lo cierto es que las próximas declaraciones del FMI serán clave para entender si el organismo mantendrá su política restrictiva hacia Bitcoin o si ajustará su postura ante la presión de una potencia global como Estados Unidos.