El organismo internacional confirmó que las negociaciones seguirán en las próximas semanas. El Gobierno busca alcanzar un acuerdo con desembolsos que le permitan avanzar en la flexibilización del cepo cambiario.
Este martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció la finalización de la misión técnica que llevó a cabo en Argentina durante los últimos días. El objetivo de estas reuniones con funcionarios del equipo económico fue avanzar en un programa de financiamiento que facilite la reducción de las restricciones cambiarias. En adelante, las discusiones continuarán de manera virtual y, por ahora, no está prevista una visita del Ministerio de Economía a Washington.
El equipo técnico del FMI llegó a Buenos Aires el miércoles pasado y mantuvo una agenda intensa de encuentros con el Ministerio de Economía y el Banco Central. Según fuentes consultadas por Infobae, la última reunión presencial se realizó este martes por la mañana en la sede del Banco Central. Posteriormente, el FMI publicó un comunicado oficial donde señaló: “Una misión del FMI visitó Buenos Aires la semana pasada para continuar las negociaciones sobre un nuevo programa. El diálogo fue muy positivo y productivo. Los equipos técnicos seguirán en contacto en las próximas semanas”.
El FMI decidió posponer hasta la próxima semana la conferencia de prensa de su portavoz, Julie Kozack, que estaba programada para este jueves. Se espera que, con el regreso de los técnicos que participaron en las reuniones en Buenos Aires, se lleve a cabo un encuentro informal del directorio del organismo para evaluar los avances logrados.
Aunque el FMI no especificó quiénes fueron los negociadores que participaron en la misión, se sabe que el jefe del equipo asignado a Argentina es Luis Cubeddu, un economista venezolano que ocupa el cargo de subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, dirigido por el chileno Rodrigo Valdés. Cabe destacar que el Gobierno argentino ha manifestado su preferencia por mantener la interlocución con otros funcionarios en Washington.
Proceso en marcha y diferencias en la negociación
Desde el Gobierno aclaran que esta instancia no tenía como objetivo definir un acuerdo definitivo, sino que el proceso seguirá con más reuniones virtuales. “El Ejecutivo no quiere implementar cambios antes de las elecciones. Además, es sabido que cuanto más se retrasa un ajuste cambiario, mayores son las expectativas de corrección, lo que aumenta la volatilidad del mercado. El FMI, por su parte, mantiene ciertas reservas sobre el financiamiento de una eventual salida de capitales”, explicó Héctor Torres, exrepresentante de Argentina en el FMI, en declaraciones a Canal E.
En el mercado financiero se da por sentado que las metas del programa no son el principal punto de conflicto en la negociación, a diferencia del esquema cambiario. Factores como la desaceleración del crawling peg a partir de febrero, el dólar blend exportador (que permite liquidar un 20% de las divisas al contado con liquidación) y las restricciones cambiarias aún vigentes forman parte de las discusiones con el equipo técnico del FMI.
Un informe de la Fundación Capital señaló que “modificaciones importantes en la política económica solo serán posibles si el FMI desembolsa una suma significativa de divisas, aunque es poco probable que el Gobierno asuma grandes riesgos en un año electoral. En ese contexto, la salida del cepo sería gradual”. Entre los posibles cambios mencionados en el informe se encuentran la eliminación del dólar blend y la adopción de un sistema de flotación cambiaria con bandas de intervención.
Alejandro Werner, exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, estimó que los desembolsos podrían ubicarse entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. Por su parte, el presidente Javier Milei indicó que la negociación no solo se centra en el monto del financiamiento, sino también en la distribución de los desembolsos y en la posibilidad de alcanzar un acuerdo complementario con inversores privados.
En un análisis reciente publicado en el sitio del think tank Peterson Institute for International Economics (PIIE), Werner planteó tres escenarios posibles para la negociación entre Argentina y el FMI. Según su visión, el desenlace más probable es la firma de un acuerdo Stand By (SBA) con un año de duración, que serviría para cubrir los vencimientos de 2025 y, una vez pasadas las elecciones, renegociar un acuerdo más amplio.
Medidas recientes y próximos desafíos
Durante la visita del staff del FMI, el Gobierno implementó una serie de medidas económicas, entre ellas, un canje de deuda en pesos con una adhesión del 64%, lo que permitió extender los vencimientos de 14 billones de pesos que debían pagarse este año. En los mercados circula la hipótesis de que este canje podría haber sido una “acción previa” acordada con el FMI, ya que este tipo de medidas suelen exigirse antes de aprobar un nuevo programa financiero.
Asimismo, el Gobierno anunció una reducción temporal de retenciones a las exportaciones, con un costo fiscal de 800 millones de dólares, lo que equivale a menos de la mitad del superávit alcanzado en 2024. También confirmó que, desde febrero, el ritmo de devaluación mensual del tipo de cambio oficial se reducirá al 1%. En cuanto a las tasas de interés, el Banco Central no realizó cambios en sus últimas dos reuniones de directorio, manteniendo un margen atractivo para el carry trade.
En este contexto, el próximo 1 de febrero el Gobierno deberá afrontar un pago de casi 660 millones de dólares en intereses al FMI, el primero de una serie de vencimientos de intereses a lo largo de 2025. A diferencia de los pagos de capital realizados en 2024, que volverán al calendario en septiembre de 2026, los intereses no pueden ser cubiertos con desembolsos previos del FMI, por lo que deberán pagarse con reservas del Banco Central. Otros vencimientos importantes están programados para mayo (630 millones de dólares), agosto (500 millones) y nuevamente en octubre (650 millones).
Con las negociaciones en marcha y la incertidumbre sobre el esquema cambiario, el Gobierno busca consolidar un acuerdo que le permita afrontar los compromisos financieros de 2025 sin comprometer su estrategia económica en un año electoral.