La tarifa eléctrica subirá un 2%, el gas un 2,7%, y el agua un 3% para los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Además, se aplicará un incremento del 1% en el impuesto a los combustibles, aunque aún no está claro cómo afectará esto a los precios finales, ya que las petroleras y las estaciones de servicio todavía no han determinado el impacto en el costo para el consumidor.
Estos aumentos forman parte de una política del Gobierno para reducir los subsidios y ajustar las tarifas a los costos reales de producción, tanto de gas como de electricidad. De esta forma, se busca una mayor alineación entre las tarifas que pagan los usuarios y los costos de generación de los servicios. Aunque esta medida busca corregir los precios, también representa una carga adicional para los consumidores, que verán un incremento en sus boletas mensuales.