El modelo de Empresas B gana protagonismo con proyecciones climáticas que podrían acelerar la transición ecológica

Nuevos escenarios climáticos revelan que la región podría enfrentar impactos más severos de lo previsto, y esto impulsa a que cada vez más compañías adopten el modelo de Empresas B como camino estratégico hacia la sostenibilidad y la resiliencia económica.

En un contexto marcado por el aumento de eventos climáticos extremos, sequías prolongadas y una presión social creciente por prácticas responsables, el modelo de Empresas B vuelve a ubicarse en el centro del debate corporativo. Las recientes proyecciones climáticas difundidas por centros de investigación internacionales advierten que, si no se intensifica la acción climática, la próxima década podría consolidar un escenario crítico para diversos sectores económicos.

Frente a esta realidad, las Empresas B —que integran propósito, impacto social y responsabilidad ambiental como pilares de su gestión— se posicionan como una alternativa concreta para acelerar la transición ecológica. En Argentina y América Latina, este movimiento crece de manera sostenida, con industrias que van desde la alimentación y el agro, hasta la tecnología y la construcción.

Especialistas en sostenibilidad señalan que el modelo B no sólo mejora la reputación corporativa, sino que también permite a las empresas anticiparse a regulaciones más estrictas en materia de emisiones, gestión de residuos y trazabilidad. Además, estudios recientes indican que los consumidores, especialmente los jóvenes, priorizan cada vez más marcas con impacto socioambiental verificable.

La convergencia entre las nuevas proyecciones climáticas y el auge de las Empresas B abre una ventana de oportunidad: transformar la matriz productiva sin sacrificar competitividad. Si las tendencias actuales se consolidan, la región podría vivir en los próximos años un salto cualitativo hacia modelos empresariales más regenerativos y comprometidos con el planeta.

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