Algunas tendencias no nacen en los laboratorios de innovación ni en los algoritmos más
sofisticados. Nacen en la memoria. Y hoy, la memoria se ha convertido en uno de los
motores más rentables del marketing global. La industria del merchandising está viviendo
un verdadero renacimiento impulsado por un fenómeno que mezcla emoción, recuerdo y
deseo: el regreso triunfal de los productos nostálgicos y licenciados.
El renacimiento del pasado: por qué la nostalgia vende
La llamada “newstalgia” —una combinación de lo nuevo con la nostalgia— está marcando
un cambio profundo en el consumo. Adultos que crecieron en los años 80 y 90 buscan hoy
objetos, prendas y artículos que los conecten con aquella época, transformando el
recuerdo en una experiencia tangible.
Lo que comenzó en el mundo del juguete con fenómenos como la inminente reaparición de
He-Man en el mercado británico, hoy se extiende al merchandising corporativo, a la moda
y a los artículos promocionales. Este auge ha llevado a que las ventas de productos con
licencia vinculados a la nostalgia crezcan alrededor de un 8 % anual, demostrando que el
pasado no solo vende: emociona.
Cómo implementan esta estrategia las marcas líderes
El éxito de esta tendencia no consiste simplemente en reeditar productos antiguos. Se
trata de darles un nuevo significado, de convertirlos en vehículos de identidad y
pertenencia. Las empresas que mejor capitalizan este fenómeno lo hacen a través de tres
estrategias muy claras:
- Ediciones limitadas que despiertan deseo Las marcas lanzan series pequeñas,
numeradas y exclusivas que funcionan como objetos de colección. No están pensadas
para el consumo masivo, sino para quienes valoran la historia detrás del producto y están
dispuestos a pagar más por ella. - Storytelling emocional que convierte objetos en íconos El producto deja de ser un simple
artículo y pasa a ser un símbolo cultural. Cada pieza cuenta una historia que conecta con
recuerdos, emociones o momentos compartidos, y es esa narrativa la que justifica un
precio premium y refuerza el valor percibido. - Colaboraciones estratégicas que multiplican el impacto Asociarse con personajes,
franquicias o íconos culturales potencia la visibilidad de la marca y crea productos que se
convierten en tema de conversación. El co-branding entre cultura pop y marca corporativa
no solo amplía el alcance, sino que también refuerza el posicionamiento.
Los artículos más buscados del universo nostálgico
En este mercado, algunas categorías de productos logran destacarse por encima del
resto. Las prendas retro —como camisetas y buzos con logos, frases o diseños clásicos—
siguen siendo el formato preferido por su capacidad de evocar recuerdos cotidianos. A su
vez, los coleccionables de edición limitada, como llaveros, figuras, pines o vasos
temáticos, despiertan el espíritu del fanático y refuerzan el valor simbólico de la marca.
También cobran protagonismo los accesorios vintage que combinan estética retro con
utilidad contemporánea, como termos, libretas o pequeños gadgets (dispositivos
tecnológicos de uso práctico y cotidiano), cada vez más elegidos por su mezcla de
funcionalidad y diseño. Por último, el merchandising corporativo que incorpora elementos
de la cultura popular logra diferenciarse y posicionarse con fuerza, ya que conecta el
universo emocional del consumidor con la identidad de la marca.
El pasado como estrategia de futuro
La nostalgia no es un ejercicio de mirar atrás, sino una herramienta poderosa para
construir el presente. En un mercado saturado de productos impersonales, ofrecer objetos
cargados de historia y significado permite a las marcas generar vínculos profundos,
aumentar su valor percibido y diferenciarse.
Porque en merchandising, como en la vida, no se trata solo de vender productos: se trata
de contar historias que la gente quiera volver a vivir
Por Walter Camerano – Periodista especializado en Marketing y Ventas

