El Ministerio de Economía dio de baja los regímenes de fomento para las ganaderías ovina, de llamas, caprina, bovina de zonas áridas y bubalina.
Según el comunicado oficial, la medida se fundamenta en que las condiciones que dieron origen a dichos esquemas «cambiaron de manera sustantiva» y que resulta necesario avanzar hacia instrumentos «más integrales, flexibles y orientados a resultados».
En el caso de la Ley Nº25.422, que regulaba el régimen de promoción de la ganadería ovina y de llamas desde 2001, se remarcó que el esquema, basado en Aportes Reintegrables y No Reintegrables, ya no se considera adecuado ni eficiente. «Hoy se busca generar líneas de crédito y financiamiento desde el sector privado y no recurrir a esquemas de subsidios públicos», explica el comunicado.
En cuanto a sus resultados, el balance oficial no fue favorable: el stock ovino pasó de 13.029.000 cabezas en 2001 a 11.967.429 en 2025, lo que evidencia, según la Secretaría, un bajo impacto del régimen sobre el crecimiento del rodeo.