Es hora de exigir reglas claras que liberen la fuerza del agro para generar más valor y desarrollo regional 

Las inmensas posibilidades de agregar valor en las cadenas del maíz y el sorgo, la urgencia de resolver en el país los múltiples problemas de competitividad para no dejar pasar otra oportunidad y el ordenamiento que se está haciendo de las variables macroeconómicas fueron los ejes de los discursos de Federico Zerboni, Marcelo McGrech y Sergio Iraeta en el Congreso Maizar 2025, el encuentro anual de las cadenas del maíz y del sorgo.

Federico Zerboni apeló a su propia experiencia como productor para recordar que la Argentina vivió una revolución agrícola pionera que en los ’90, de la mano sobre todo de la biotecnología y el sistema de siembra directa, y de la tracción de la demanda china

Sin embargo, “la política, en lugar de ver al agro como un socio estratégico, vio una caja para recaudar”, impuso retenciones (DEX) y otras medidas distorsivas, y aquella dinámica fue perdiendo impulso, hasta llegar al estancamiento productivo en los últimos años, mientras los países vecinos implementaban políticas de crecimiento.

Brasil, que partió de una situación hiperinflacionaria similar a la argentina en los ’90, logró pasar de ser importador a exportador de alimentos, y de producir 55 millones de toneladas de granos a más de 320 millones. 

En cambio, la Argentina, que había escalado rápidamente de 40 a 130 millones de toneladas, lleva una década estancada en ese nivel, señaló. Similar en ganadería bovina: Brasil pasó de 70 millones de cabezas a más de 240 millones, mientras la Argentina cayó de unos 60 a poco más de 50 millones. 

Zerboni contrastó también el PBI de la Argentina y el de los países vecinos en los últimos 30 años: mientras el de Brasil creció 257%, el de Paraguay 252% y el de Uruguay 324%, el de Argentina, apenas 56%

Compartir