Medir las producciones con indicadores precisos permite evaluar y mejorar la eficiencia de los procesos productivos. Constituye un insumo fundamental para acceder a certificaciones que respaldan el cumplimiento de las exigencias del mercado internacional.
En la actualidad, los acelerados avances en digitalización, agricultura de precisión y trazabilidad ofrecen oportunidades para un uso más eficiente de los insumos y para mediciones más precisas de los indicadores de sostenibilidad. Al mismo tiempo, surgen nuevos desafíos vinculados con el uso eficaz de la gran cantidad de información que estas tecnologías generan, tanto para la evaluación de la sostenibilidad como para la toma de decisiones.
En esta línea, especificó que, de este modo se puede trazar planes de mejora, monitorear el cumplimiento de metas, identificar áreas que requieren ajustes y trazar la satisfacción de la demanda de los compradores al conocer las características de los procesos productivos que utilizamos”.
Según explicó, la mayoría de las evaluaciones contemplan las dimensiones económica-productiva, social-territorial, ambiental y de gobernanza, lo que permite proponer criterios e indicadores adecuados según los sistemas, escalas de análisis y objetivos.
Por ello, un equipo de especialistas del INTA evaluó diversos sets de indicadores, plataformas y modelos que se usan a escala nacional e internacional. Es que, cada territorio, sistema de producción y ambiente tiene características particulares y requiere diferentes métricas.
Estos indicadores de sostenibilidad son una métrica o herramienta utilizada para medir y evaluar el desempeño de una empresa, práctica o sistema en términos de su impacto ambiental, social y económico, permitiendo monitorear el progreso y tomar decisiones informadas. “Nos permiten comprender la situación actual y guiar las acciones hacia un futuro más equilibrado y perdurable”, indicó Sasal.