El cierre del tercer trimestre dejó señales de alerta en la ganadería: en septiembre se faenaron 1.169.120 cabezas, un número similar al de agosto, pero que ajustado por días hábiles refleja una caída del 8,3 % mensual y del 7,7 % interanual, la más fuerte en más de un año.
Según el informe de Rosgan, esta retracción podría estar marcando un cambio de tendencia en la oferta de animales con destino a faena, aunque todavía es prematuro confirmar si se trata de un ajuste estructural o de un repliegue transitorio ligado a la volatilidad del mercado y a la incertidumbre preelectoral.
En paralelo, los feedlots mostraron señales de vaciamiento: al 1° de octubre registraron 1,91 millones de cabezas, un 3 % menos que el mes anterior, acumulando tres meses consecutivos de caída. Aun así, su participación en la faena sigue en alza, alcanzando entre 38 y 40 % del total en los últimos dos meses, frente al 33–34 % de años previos.
Otro factor en juego es la recría a pasto, que está ganando protagonismo. De los 8,75 millones de terneros y terneras que salieron de los campos hasta septiembre, solo el 23 % ingresó directamente a corrales, un descenso frente al 25 % de años anteriores. Esta mayor complementación entre recría pastoril y terminación en feedlots podría sostener la oferta futura y permitir animales de mayor peso.
En síntesis, septiembre aportó una oferta importante de 442.000 cabezas, pero con un escalón a la baja respecto de meses previos. El mercado ganadero deberá esperar los próximos meses para confirmar si se trata de una corrección coyuntural o del inicio de un cambio en el ciclo ganadero.