La ganadería argentina cierra un año excepcional en materia de precios, ventas y facturación, impulsada por la demanda internacional de carne y una mejora climática decisiva. Sin embargo, referentes de las principales razas advierten que detrás del buen momento aparecen señales de preocupación: caída del stock, menos vacas y límites estructurales que ponen en riesgo el crecimiento de largo plazo.
La ganadería atraviesa uno de sus mejores momentos de los últimos años. Precios firmes, mercados externos activos y un clima más favorable permitieron recomponer parte del sistema productivo y consolidar un año récord para asociaciones y criadores. Así lo reflejan los balances de razas líderes como Brangus y Angus, que cerraron 2025 con altos niveles de ventas y facturación histórica.
Desde la Asociación Argentina de Brangus, su presidente Mauricio Groppo destacó que el balance anual fue ampliamente positivo. “Estamos cerrando un muy buen año para la ganadería y como asociación también”, afirmó, al remarcar el crecimiento en remates auspiciados, reproductores comercializados y operaciones en el mercado de embriones.
Según explicó, el aumento de las operaciones refleja confianza en el negocio. “Hay una demanda importante y cuando eso pasa es porque se vislumbra un futuro prometedor”, señaló. Además, subrayó que no solo participan productores tradicionales, sino también nuevos jugadores y establecimientos que decidieron expandirse.
El dirigente recordó que la recuperación comenzó a notarse desde principios de 2025, con un mercado firme para el ternero y una posterior mejora en los valores de reproductores. “El cierre del año confirmó esa tendencia”, indicó, al tiempo que destacó que, en términos relativos, los precios superaron los promedios históricos, tanto medidos en kilos de novillo como en dólares, aunque con costos también en alza.
