La economía de Argentina comienza a repuntar con más fuerza de lo esperado. A pesar de los recortes significativos en el gasto público, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento sólido durante el tercer trimestre de 2024. Además, las ventas minoristas han reflejado un fuerte repunte en diciembre, con un incremento interanual del 17,7% a precios constantes, impulsado por una recuperación de los salarios reales y una mayor confianza económica.
Este crecimiento ha coincidido con un importante descenso en el riesgo país, que cayó este martes a 569 puntos básicos, el nivel más bajo desde 2018. La estabilidad financiera también se evidencia en el aumento de las reservas brutas de divisas, que alcanzaron los 32.000 millones de dólares, según datos del Banco Central de Argentina publicados el 6 de enero.
El consumo como motor de recuperación
El consumo interno está siendo un factor clave en esta recuperación económica. Las ventas minoristas, indicador que mide la salud del consumo, mostraron un salto interanual del 17,7% en diciembre, en comparación con la caída del 13,7% del mismo mes en 2023. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), diciembre tuvo una actividad comercial intensa, que se mantuvo incluso después de las fiestas navideñas. La ampliación de opciones de financiamiento también contribuyó al dinamismo del comercio.
Sin embargo, el contexto de partida fue crítico. Aunque diciembre cerró con cifras positivas, el acumulado anual de 2024 mostró una caída del 10% en comparación con 2023, con solo dos meses de crecimiento interanual (octubre y diciembre).
Moderación de la inflación y estabilización financiera
Uno de los mayores logros recientes ha sido la desaceleración de la inflación. En un año, la tasa inflacionaria mensual pasó del 25% al 2,4%. Este avance, junto con el descenso del riesgo país y la reducción de la pobreza, refleja un esfuerzo fiscal significativo liderado por el gobierno de Javier Milei.
El gobierno implementó un severo plan de ajuste fiscal a finales de 2023, lo que permitió alcanzar 11 meses consecutivos de superávit primario y cuatro meses de saldo financiero positivo. Aunque inicialmente estas medidas contrajeron la economía, los resultados comienzan a ser visibles: el PIB creció un 3,9% en el tercer trimestre frente al trimestre anterior, superando las expectativas del mercado.
El riesgo país, indicador de la confianza de los inversores en la deuda pública, también se redujo significativamente. Desde los 2.700 puntos básicos de finales de 2023, cayó a 569 puntos, marcando un mínimo de siete años y acercando a Argentina a condiciones financieras más sostenibles. Este descenso, en parte, se debe al acuerdo reciente del Banco Central para obtener un préstamo de 1.000 millones de dólares a través de un REPO con cinco bancos internacionales (BBVA, Santander, J.P. Morgan, ICBC y Citi), lo que permitirá reducir los costos financieros del país.
Impacto en la economía real
Más allá de los indicadores económicos, las mejoras comienzan a percibirse en la vida cotidiana. El aumento de los salarios reales y el crecimiento económico están reduciendo la pobreza rápidamente. Según datos del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, la pobreza cayó al 38,9% en el tercer trimestre de 2024, una disminución de 15 puntos porcentuales en comparación con el inicio del año, cuando alcanzaba el 55%.
Con una economía en proceso de estabilización y mejores perspectivas financieras, Argentina parece estar en el camino hacia la recuperación, aunque los desafíos estructurales aún persisten.