La industria argentina se enfría: más capacidad ociosa y menor aporte al PBI

El último informe del Indec revela que la producción fabril continúa perdiendo dinamismo, con sólo tres de los doce sectores industriales mostrando crecimiento. La utilización de la capacidad instalada cayó a 59,4%, y la participación de la industria en el PBI se redujo a su nivel más bajo en más de una década.

La industria argentina profundiza su retroceso y enfrenta un panorama de baja inversión, altos costos y menor participación en la generación de riqueza nacional. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el uso de la capacidad instalada en agosto promedió 59,4%, tres puntos por debajo del promedio desde 2016.

Sólo tres de los doce grandes sectores industrialesalimentos y bebidas, metálica básica y refinación de petróleo— lograron superar la media histórica. Este último operó al 86,1% de su capacidad, muy cerca del récord de 2016. En contraste, sectores como caucho y plástico registraron mínimos históricos, con apenas 42% de utilización real.

El Monitor de Desempeño Industrial (MDI) del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA) confirma la tendencia: el índice de agosto se ubicó en 45,3 puntos, reflejando un escenario de contracción productiva. Más del 43% de las empresas reportó caídas en ventas, y una de cada cuatro redujo personal ante la menor demanda interna y la falta de previsibilidad económica.

En el acumulado de los primeros ocho meses del año, el uso de la capacidad instalada repuntó apenas 1,9% interanual, sostenido por sectores puntuales como minerales no metálicos, automotriz y metalurgia básica, pero sin un efecto arrastre sobre el resto del entramado fabril.

Menor peso en la economía nacional

El deterioro industrial también se refleja en su aporte al Producto Bruto Interno (PBI). En el segundo trimestre de 2025, la industria explicó solo el 16,8% de la economía, por debajo del promedio del 18,1% de la última década y muy lejos del 20,3% alcanzado en los años previos.

El retroceso se asocia a falta de inversión, presión impositiva y rigidez laboral, factores que afectan la competitividad frente a los productos importados. Apenas seis ramas —entre ellas la automotriz, la maquinaria y equipos, y la refinación de petróleo— lograron ampliar su incidencia en el valor agregado total

Un desafío estructural

Los analistas advierten que, sin reformas profundas que impulsen la modernización y la inversión, la industria seguirá perdiendo terreno. La alta capacidad ociosa, la fragmentación del entramado productivo (con predominio de microempresas) y la debilidad de la demanda interna configuran un escenario de recuperación incierta.

La advertencia es clara: si no se revierte la tendencia, la industria argentina podría seguir perdiendo peso en la economía, afectando el empleo, las exportaciones y el crecimiento de largo plazo.

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