En los próximos seis meses, la inflación en Estados Unidos podría alcanzar el 4,6%, según el analista Michael Hartnett de Bank of America. Esto es preocupante porque la Reserva Federal (Fed) tiene como objetivo mantenerla en un 2%. Cuando la inflación es alta, la Fed evita bajar las tasas de interés, lo que genera incertidumbre en los mercados financieros, incluyendo Bitcoin.
¿Qué tiene que ver la inflación con Bitcoin?
Para entenderlo mejor, primero hay que saber cómo funciona la política de tasas de interés:
- Si la Fed baja las tasas, hay más dinero en circulación, lo que impulsa la inversión en activos de mayor riesgo como Bitcoin, acciones y criptomonedas.
- Si la Fed mantiene las tasas altas, los inversionistas prefieren opciones más seguras como los bonos del Tesoro, que ofrecen rendimientos atractivos sin tanto riesgo. Esto reduce la demanda de Bitcoin y otras criptos, afectando su precio.
Con la inflación en aumento, la Fed tiene menos margen para reducir tasas, lo que hace que los mercados reaccionen con cautela.
Bitcoin bajo presión
Este contexto ya está impactando el precio de Bitcoin. Actualmente, ronda los 95.000 dólares, lo que representa una caída del 12% desde su máximo histórico de 109.300 dólares en enero. A esto se suma el reciente hackeo al exchange Bybit, donde se robaron 400.000 ETH, afectando la confianza en el mercado.
¿Qué pasará con Bitcoin en el futuro?
A corto plazo, la falta de recortes en las tasas de interés puede generar más volatilidad y presión sobre Bitcoin. Sin embargo, a largo plazo, su escasez (solo existirán 21 millones de BTC) y su resistencia a la censura lo convierten en un activo atractivo para quienes buscan una reserva de valor.
En tiempos de crisis, Bitcoin ha demostrado ser una alternativa segura frente a gobiernos que pueden restringir el acceso a fondos o imponer controles financieros. Además, ofrece una forma de resguardar dinero con mayor privacidad, siempre que se tomen las medidas adecuadas.
En resumen, aunque Bitcoin pueda verse afectado por la política monetaria en el corto plazo, sus características fundamentales siguen respaldando su crecimiento a largo plazo.