Las tendencias de marketing y ventas que marcarán el 2026

El marketing está entrando en una nueva etapa. No es exagerado decir que nos acercamos a un punto
de inflexión: la tecnología avanza más rápido que nunca, las audiencias cambiaron sus hábitos de
consumo y las marcas se ven obligadas a repensar cada paso de su estrategia. En este escenario, el
2026 aparece como un año clave, donde distintas fuerzas —tecnológicas, culturales y económicas—
confluyen para redefinir por completo la manera en que se vende, se comunica y se construyen
relaciones con los consumidores.
La primera gran tendencia es la consolidación de la inteligencia artificial como núcleo operativo del
marketing. Hasta hace poco, la IA era una herramienta de apoyo; hoy se transforma en el sistema
nervioso de las marcas. No solo optimiza anuncios o segmenta audiencias: predice comportamientos,
ajusta campañas en tiempo real, sugiere contenidos, analiza patrones invisibles y permite personalizar
experiencias a una escala impensada.
En paralelo, aparece un consumidor distinto, más racional y exigente que en cualquier etapa anterior.
El cliente del 2026 compara, investiga, valida información, contrasta precios y exige valor real. Ya no
tolera la publicidad ruidosa ni los mensajes inflados. Quiere claridad, transparencia, propósito y
propuestas concretas.


Una de las transformaciones más significativas es el crecimiento acelerado de las tiendas virtuales
propias o brand stores. La industria está dejando atrás el modelo basado exclusivamente en redes
sociales o marketplaces. El 2026 será el año en que las marcas entiendan que depender de
plataformas externas es una debilidad estratégica.
Al mismo tiempo, el contenido y la construcción de comunidad evolucionan hacia una lógica más
auténtica y participativa. Las audiencias no quieren ver a las marcas hablando de sí mismas: quieren
participar, opinar y sentirse parte de un relato. La autenticidad deja de ser una estrategia para
convertirse en una obligación.
Otro cambio profundo es la maduración de la medición y la atribución. Después de años de métricas
superficiales —likes, clics, impresiones— la industria finalmente gira hacia indicadores que importan:
retención, recompra, valor de cliente en el tiempo y efectividad real.
En paralelo, la sociedad demanda marcas más responsables. El propósito —durante años usado de
manera superficial— ahora debe ser auténtico. Las audiencias exigen coherencia en temas de
sostenibilidad, inclusión, ética en el uso de datos y compromiso social.
Finalmente, el 2026 será el año donde la agilidad marque la diferencia. La velocidad con la que
cambian los comportamientos obliga a que las marcas puedan testear, ajustar, escalar o descartar
ideas en cuestión de días.
En síntesis, el marketing que viene combina tecnología avanzada con sensibilidad humana; datos
profundos con narrativa emocional; personalización con propósito; velocidad con precisión.

Por Walter Camerano-Periodista especializado en Marketing y Ventas

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