Las lluvias del fin de semana recargaron los perfiles en gran parte de la región agrícola y llegan justo cuando el maíz temprano entra en su período crítico. Mientras la humedad sostiene la siembra de soja y maíz tardío, la cosecha de trigo quedó momentáneamente detenida y se profundizan los problemas en zonas con excesos hídricos, especialmente en el centro-oeste bonaerense.
Un nuevo frente de precipitaciones atravesó la región agrícola entre el viernes y el domingo, dejando acumulados significativos y generando impactos muy distintos según la zona. Aunque las lluvias frenaron el avance de la cosecha de trigo, resultaron decisivas para consolidar una prometedora campaña de maíz temprano, que atraviesa estas semanas su fase más crítica.
Los registros fueron contundentes: General Villegas 82 mm, General Pinto 94 mm, Monte Buey 48 mm, Godeken 36 mm, Rojas 55 mm, Pergamino 47,6 mm, y picos que superaron los 135 mm en Rafaela, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Florencia Poeta, especialista de la entidad, destacó que “en algunos sectores los volúmenes fueron particularmente disruptivos”, con los mayores acumulados concentrados en la región núcleo y sus alrededores: el noroeste bonaerense, el sur de Córdoba y el centro de Santa Fe.
Efectos en los cultivos: maíz beneficiado, trigo detenido
La cosecha de trigo, que ya había avanzado un 40% en la región núcleo, quedó temporalmente frenada. Las labores se retomarían cuando mejoren los pisos. Sin embargo, la otra cara del fenómeno es el maíz temprano, que recibió estas lluvias “justo en pleno período crítico”, explicó Poeta. Los asesores técnicos proyectan pisos de rinde que podrían afianzarse entre 80 y 100 qq/ha.
Para la soja, los milímetros aportaron la humedad necesaria para completar la siembra de segunda tras el trigo y sostener las labores en zonas donde la capa superficial venía secándose. En áreas puntuales, como el sudeste cordobés, podrían generarse excesos, pero la ventana óptima sigue abierta.
Zonas complicadas por excesos hídricos
No en todo el mapa las lluvias fueron una buena noticia. En el centro-oeste de Buenos Aires, donde las napas y los perfiles ya venían saturados, las nuevas precipitaciones profundizaron las dificultades. Allí vuelven a registrarse impedimentos para ingresar a los lotes, sumar labores y sostener la logística.
Cecilia Conde, de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, coincidió en que el aporte hídrico fue clave, pero alertó que “los mayores acumulados volvieron a concentrarse sobre la región que ya registra los mayores excesos”. Eso deja un escenario complejo para la continuidad de la campaña.
El impacto en los productores: alivio en zonas que venían ajustadas
En General Villegas —una de las localidades con mayores acumulados— el productor Juan Balbín reconoció que la lluvia fue positiva porque no venían con excesos y existía preocupación por un posible “corte” de precipitaciones tras el inicio de la fase Niña. “Estas lluvias te aseguran toda la siembra de segunda, que estaba complicada. Arriba faltaba humedad, abajo había agua, pero no alcanzaba”, detalló. Para el maíz temprano, calificó el evento como “espectacular”.
Desde Monte Buey, Córdoba, el asesor Santiago Lorenzatti informó que el área recibió entre 30 y 50 mm. Aunque también se detuvo la cosecha de trigo, la humedad permitió finalizar la siembra de soja de segunda y avanzar con el maíz tardío. “El perfil viene óptimo, sin faltantes ni excesos”, afirmó. El foco ahora está puesto en que las lluvias no se corten abruptamente en diciembre y enero, meses decisivos para los rindes del maíz temprano y la soja de primera.
Lo que viene
Según la BCR, no se esperan nuevas precipitaciones esta semana en la región núcleo, lo que permitiría orear los suelos y retomar tanto la cosecha de trigo como la siembra de los cultivos de segunda. Si las lluvias se sostienen de forma equilibrada en diciembre, la campaña podría consolidar un escenario de muy buenos rindes para el maíz temprano y un avance fluido de la siembra de soja y maíz tardío.
