El maíz argentino atraviesa un presente favorable gracias a dos factores clave: la fuerte retracción de la chicharrita, insecto vector de la enfermedad que afectó campañas anteriores, y la recuperación de los rindes alcanzados en la última campaña.
Según el informe de octubre de la Red Nacional de Monitoreo, difundido por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, la presencia del insecto disminuyó de manera significativa en todas las regiones del país. En el NOA, el 75% del área relevada se encuentra en excelente condición, mientras que en el NEA el panorama positivo alcanza al 80%. En el Litoral, la región Centro-Norte y la Centro-Sur los valores sin detección de chicharrita se ubican en 92%, 84% y 97%, respectivamente.
Si bien el escenario es alentador, desde la cartera agropecuaria recomiendan mantener la vigilancia y continuar con los controles de monitoreo a lo largo del año para evitar rebrotes.
En cuanto a los resultados productivos, la campaña 2024/25 registró un rendimiento promedio de 70 quintales por hectárea, recuperando niveles históricos tras dos ciclos con fuerte impacto de la enfermedad. La 2022/23 había caído a 51 qq/ha y la 2023/24 se ubicó en 66 qq/ha, lo que marca la recuperación de la productividad del cereal.
El maíz es uno de los pilares del comercio exterior argentino. Actualmente se exporta grano y derivados a más de 100 destinos, aunque solo 9 países concentran más del 75% del total. Entre 2019 y 2024, los principales compradores fueron Vietnam (17,8%), Corea del Sur (10,5%), Perú (9,2%) y Argelia (8,4%), con un promedio de 35 millones de toneladas exportadas anuales.
Con un escenario sanitario controlado y rindes sostenidos, el cereal se proyecta nuevamente como uno de los motores del agro argentino y de la generación de divisas para el país.