La firma familiar fundada en 1920 sigue liderando el desarrollo de soluciones tecnológicas para el almacenamiento y secado de granos. En diálogo con Sergio Cirigliano, repasamos su historia, avances y proyecciones.
Desde que en 1920 la empresa pagó su primer recibo de impuestos, ha recorrido un largo camino. Nacida como un pequeño taller que reparaba maquinaria agrícola, bombas de sapo y cocinas económicas, la firma evolucionó hasta convertirse en pionera de la fabricación de equipos de aireación para granos y semillas en Argentina.
Con el paso del tiempo, sumaron la línea de aguada, desarrollaron molinos a viento para la ganadería y luego se asociaron con la General Electric Company de Inglaterra. A partir de ese vínculo, firmaron la primera licencia nacional para fabricar ventiladores axiales, lo que les permitió aplicar esta tecnología en el secado de granos.
A mediados del siglo pasado, la empresa se transformó en la primera fábrica integral del país en desarrollar todo el sistema de aireación: motores, hélices, ventiladores y conductos perforados autolimpiantes. De allí, incorporaron también soluciones para almacenamiento, silos secadores y sistemas especializados para semillas.
Hoy, la compañía ofrece soluciones de secado dentro del silo, utilizando aire natural o sistemas de calor (a gas, gasoil o eléctricos), logrando entregar cereal con un 14% de humedad y calidad grado 1. También se destacan por su tecnología de automatización: desarrollaron silos secadores que pueden ser gestionados desde un teléfono celular, lo que permite al productor ventilar, enfriar y secar sin intervención directa.
Sergio Cirigliano destaca que han trabajado con empresas como Cargill, Molinos Río de la Plata y ACA, y que cada año la firma incorpora más tecnología para mantenerse a la vanguardia. Además, ofrecen asesoramiento postventa y mantienen una relación cercana con sus clientes desde su sede original.
En Expoagro 2025, presentaron además su línea de equipos de ventilación para criaderos de aves y cerdos, así como máquinas transferidoras de grano fabricadas bajo licencia canadiense. Estos sistemas permiten aspirar y elevar hasta 22 metros, con modelos capaces de mover 137 toneladas por hora, ideales incluso para descargar barcazas.
De cara a 2025, la empresa proyecta seguir creciendo, acompañando al productor con líneas de crédito propias y bancarias, y reforzando la producción de los equipos más demandados. “De alguna manera —afirma Cirigliano— vamos progresando juntos: la industria y el campo”.