Entre viñedos, montañas y bodegas icónicas, Mendoza se consolida como uno de los destinos más atractivos de la Argentina. La provincia combina experiencias turísticas de alto nivel con una gastronomía que refleja la identidad cuyana y el espíritu del buen vivir.
Mendoza se ha ganado un lugar privilegiado en el mapa del turismo internacional gracias a su imponente paisaje de la Cordillera de los Andes y su cultura vitivinícola. Sin embargo, más allá del vino, la provincia ofrece una propuesta gastronómica en constante evolución, que enamora tanto a los paladares locales como a los visitantes del mundo.
Las bodegas de Luján de Cuyo, Maipú y el Valle de Uco son mucho más que espacios de producción: se han convertido en verdaderos templos del enoturismo, donde el vino se marida con la cocina de autor y los productos regionales. En sus restaurantes, los chefs reinterpretan recetas tradicionales mendocinas, como las empanadas, el chivito o el pastel de papa, incorporando técnicas modernas y sabores de vanguardia.
La Ruta del Vino continúa siendo el corazón de esta experiencia, pero hoy se complementa con propuestas de turismo aventura, termas naturales y alojamientos boutique con vistas panorámicas. Mendoza apuesta así por un turismo sustentable, en el que la gastronomía local y la producción responsable son protagonistas.
Cada copa de Malbec y cada plato elaborado con ingredientes del terruño cuentan una historia de tradición, pasión y hospitalidad. Mendoza invita a vivir el placer del encuentro entre los sabores de la tierra y la belleza de su entorno.
