La Dirección Nacional de Control Agropecuario lanzó una nueva declaración jurada obligatoria para los molinos de trigo, con el objetivo de fortalecer la fiscalización del sector y reducir la informalidad. El sistema automatizado permitirá detectar inconsistencias entre el consumo energético y el volumen de molienda declarado.
Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), destacó la importancia de la medida, que mejora la transparencia sin necesidad de ampliar la estructura estatal. “Este nuevo sistema permitirá conocer en detalle la situación de la industria e incorporar tecnología para combatir la informalidad”, afirmó.
Los molinos deberán informar datos técnicos de su proceso productivo, maquinaria utilizada y el responsable de la calibración y mantenimiento de la balanza de trigo de primera rotura, clave tras detectarse balanzas adulteradas en inspecciones recientes.
Además, se implementarán alertas automáticas ante desvíos de los parámetros declarados, cruzando la información con otras fuentes para identificar posibles irregularidades. Según las autoridades, este enfoque basado en datos permitirá un control más eficiente y preciso de la cadena triguera.