Oscar Scorza, empresario turístico y propietario del hotel Nono Luigi, cuenta cómo un proyecto personal se transformó en un complejo único que combina raíces familiares, naturaleza y experiencias innovadoras en el corazón de Córdoba.
En Oncativo, a la vera de la Autopista Rosario–Córdoba, se levanta el hotel Nono Luigi, un emprendimiento que nació como un sueño familiar y que hoy se posiciona como un espacio turístico singular. Su propietario, Oscar Scorza, recuerda que todo comenzó con la emoción de descubrir que el terreno había pertenecido a su bisabuelo hace más de un siglo. Lo que iba a ser una casa de descanso terminó convirtiéndose en un complejo hotelero con identidad propia.
“El proyecto nació con la idea de hacer algo para la familia y los amigos, pero terminó creciendo hasta convertirse en un hotel con 12 habitaciones, un spa, un salón de fiestas para 700 personas y una granja donde los chicos pueden interactuar con los animales”, relata Scorza. La impronta familiar es parte esencial del lugar: cada habitación lleva el nombre de sus abuelos y padres, construyendo un auténtico árbol genealógico en homenaje a sus raíces italianas y sirias.
El emprendimiento también suma un diferencial sorprendente: Air Damasco, un espacio temático que incluye aviones acondicionados para vivir una experiencia única y que simbolizan la historia empresarial y los orígenes culturales de la familia. “Intento que todo tenga un sentido, que cada rincón cuente una historia”, asegura Scorza.

Más allá de lo arquitectónico y lo simbólico, el empresario apunta a un objetivo mayor: consolidar a Oncativo como “la puerta de entrada al turismo cordobés”. Desde allí se conectan circuitos hacia Córdoba capital, Calamuchita, Embalse, Villa General Belgrano y otros atractivos regionales. “Queremos que el visitante descubra que no hace falta mar ni montaña para vivir un turismo diferente: el turismo del campo, en contacto con la naturaleza y la historia local”, destaca.

Con un fuerte compromiso por recuperar la identidad de la zona y potenciar sus atractivos, Scorza proyecta que Nono Luigi y sus alrededores se conviertan en un polo turístico innovador, donde la tradición familiar y la creatividad empresarial se encuentran para ofrecer experiencias únicas a viajeros de Argentina y del mundo.