Un informe del Observatorio de Importaciones de APYME reveló el cierre de más de dos mil empresas en la provincia desde el inicio del gobierno de Javier Milei. La apertura a bienes terminados, la recesión y la habilitación de maquinaria usada golpean especialmente a la industria santafesina, afectando empleo, tecnología y valor agregado.
La estructura productiva de Santa Fe atraviesa una de sus crisis más profundas en décadas. Según un relevamiento del Observatorio de Importaciones de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas (APYME), durante el mandato de Javier Milei cerraron 2.000 empresas en la provincia, de las cuales 225 pertenecen al sector manufacturero, un eslabón clave para la generación de valor agregado, tecnología y empleo calificado.
El estudio señala que la combinación de recesión y un fuerte aumento de las importaciones de bienes terminados —que crecieron un 86% respecto de enero de 2024— terminó por desarticular unidades productivas en diversos rubros. En contraste, las importaciones de bienes intermedios, es decir, insumos para la producción, crecieron solo un 27%, lo que evidencia un golpe directo a la industria local.
Las firmas grandes fueron las más afectadas, con una caída del 9,1%, seguidas por las pequeñas (–5,2%). Las medianas, en cambio, mostraron un leve crecimiento del 2,4%. Sin embargo, la tendencia general es negativa. Solo en Santa Fe, el empleo registrado cayó un 2% desde noviembre de 2023, lo que significa 12.456 trabajadores menos.
Los conflictos en empresas emblemáticas como Acindar, Celulosa, Vassalli o las lácteas Verónica y Sancor reflejan la gravedad de la situación, que ya se extiende a metalúrgicas, firmas alimenticias y textiles. Las cadenas productivas más golpeadas, según APYME, fueron Materiales para la construcción (19 cierres), Maquinaria agrícola (16), Calzado (15) y Línea blanca (12), esta última representando el 18,5% de las compañías del rubro en la provincia.
Un capítulo especial merece la maquinaria agrícola, sector en el que Santa Fe es histórica vanguardia nacional en diseño, innovación y fabricación. Tras décadas de liderazgo impulsado por la siembra directa y la adopción de nuevas tecnologías, hoy ese clúster industrial se ve amenazado por la habilitación para importar equipos usados, definida mediante un decreto del actual gobierno.
Para los industriales santafesinos, el ingreso indiscriminado de productos de consumo terminados no solo desplaza la producción local, sino que destruye empleo, conocimiento y trayectoria tecnológica. El informe de APYME advierte que, de continuar esta dinámica, el tejido industrial provincial seguirá perdiendo competitividad, empresas y trabajadores en el corto plazo.
