La visita de Myron Stine, presidente de Stine Seed Company USA, consolidó el rol estratégico de la Argentina en genética de soja y maíz. Con señales de mayor estabilidad económica y un panorama agronómico favorable, la compañía proyecta una fuerte expansión tecnológica en el país.
Stine fue una de las empresas pioneras en cambiar el paradigma del mejoramiento genético de soja en la Argentina. Durante su reciente visita al país, Myron Stine, presidente de Stine Seed Company USA, dejó un mensaje contundente para el sector: “El productor argentino está ante una gran oportunidad”.
Con más de 50 años de trayectoria familiar en innovación genética, la firma fundada por Harry Stine reafirmó su compromiso con el desarrollo del agro argentino en un contexto de mayor previsibilidad económica y condiciones climáticas favorables.
Durante su recorrida por zonas clave como Venado Tuerto, Stine mantuvo encuentros con productores, asesores y técnicos, además de participar en una jornada junto a la red comercial Stiners. Allí analizaron resultados de campo y definieron estrategias para la próxima campaña.
El ejecutivo destacó que la eliminación de barreras no arancelarias y la estabilidad del comercio global de soja son factores decisivos para acelerar la llegada de nuevas tecnologías. “Cuando hay reglas claras y respeto por la innovación, el productor accede a mejores herramientas y el sistema entero se fortalece”, afirmó.
Stine suma más de dos décadas de presencia en Argentina y se consolidó como la única empresa con germoplasma y biotecnología propia en soja, junto con un portafolio creciente de híbridos de maíz adaptados a cada ambiente. Con siete años de investigación local sostenida, la filial argentina se posiciona como un nodo clave para impulsar la adopción tecnológica en la región.
En paralelo, el escenario agronómico muestra una oportunidad concreta: el maíz tardío recupera protagonismo gracias a perfiles recargados, un año lluvioso, el repunte del trigo y la caída significativa de chicharrita, con niveles mínimos del vector Dalbulus maidis en las principales zonas productivas.
Las perspectivas económicas también son favorables. La relación insumo/producto vuelve a ser competitiva y los planteos de menor densidad del maíz tardío permiten reducir costos. “Un maíz tardío que supere los 5.000 kg/ha deja un margen superior a una soja de segunda de 1.800 kg”, explicó Leandro La Ragione, gerente de Desarrollo de Producto de Stine.
Los híbridos más destacados varían por región:
- Córdoba norte y centro: ST 9820 CL vip3
- Franja central: ST 9939 vip3 (ciclo completo) y ST 9741 vip3 (corto)
- Centro–sur bonaerense: ST 9734 vip3 y ST 9736 CL vip3, recomendados para zonas con excesos hídricos
La conjunción de acuerdos bilaterales que podrían destrabar inversiones, un clima agrícola más benévolo y un portafolio sólido posiciona a Stine como un socio estratégico del productor argentino. En un año clave, la genética, la tecnología y el manejo agronómico vuelven a ser esenciales para capitalizar oportunidades y proyectar un agro más competitivo.
