¿Tu celular se tilda, abre las apps con demora o funciona cada vez más despacio? No hace falta cambiarlo ni gastar en un modelo nuevo. Con un par de ajustes simples podés recuperar velocidad y hacer que vuelva a responder como cuando lo compraste.
El truco que casi nadie usa: desactivar animaciones
Las animaciones y efectos visuales consumen recursos del teléfono, sobre todo si ya tiene unos años. Para desactivarlas, seguí este camino:
- Entrá en Ajustes.
- Buscá Opciones de desarrollador.
- Modificá las escalas de animación de ventana, transición y duración de animador.
- Poné todo en “Animación desactivada”.
Con este cambio, tu celular dejará de gastar memoria en efectos innecesarios y se enfocará en lo que importa: que las apps y el sistema funcionen rápido.
Mantené todo actualizado
Las versiones viejas de las apps y del sistema operativo suelen traer errores y hacer más lento el dispositivo.
- En la Play Store, activá la opción “Actualizar apps automáticamente”.
- Revisá en Ajustes > Actualización de software si hay una versión nueva del sistema.
Esto no solo mejora el rendimiento, sino que también suma seguridad.
Liberá espacio y optá por apps “Lite”
El exceso de fotos, videos y aplicaciones que no usás es otro de los grandes culpables de la lentitud.
- Eliminá lo innecesario desde Ajustes > Almacenamiento.
- Si podés, usá versiones Lite de apps pesadas como Facebook o Messenger: ocupan menos espacio y consumen menos recursos.
- Limpiá la caché cada tanto para liberar memoria extra.
El consejo más simple: reiniciá el celular
Aunque parezca básico, reiniciar el teléfono una vez por semana ayuda a borrar procesos en segundo plano y refrescar la memoria temporal. Solo mantené apretado el botón de encendido y elegí “Reiniciar”.