El peso argentino continúa su tendencia de apreciación frente al dólar, y según el Banco Central, se encuentra cada vez más cerca de alcanzar el límite inferior de la nueva banda cambiaria establecida por el Gobierno tras su acuerdo con el FMI. El vicegobernador del BCRA, Vladimir Werning, afirmó esta semana que, de tocarse ese piso, la entidad intervendrá activamente en el mercado para evitar una sobrerreacción que altere la estabilidad financiera.
Esta banda de flotación, que permite que el tipo de cambio se mueva entre $1.000 y $1.400 por dólar, es una de las medidas más relevantes adoptadas por el nuevo esquema económico, que busca una transición ordenada desde un sistema de control cambiario hacia una liberalización gradual.
Werning explicó que si el peso se sigue fortaleciendo y alcanza el umbral más bajo, el Banco Central procederá a comprar dólares en el mercado y a emitir pesos como parte de su política monetaria, una maniobra que busca evitar que la apreciación excesiva afecte la competitividad de las exportaciones y la recaudación fiscal.
Este contexto refleja un notable cambio en las condiciones económicas del país. Tras años de presiones cambiarias, inflación descontrolada y pérdida de reservas, el Gobierno parece haber logrado, al menos en el corto plazo, estabilizar el mercado cambiario. A esto se suma el reciente ingreso de 12.000 millones de dólares del FMI, que reforzó las reservas del BCRA y alimentó la confianza de los mercados.
No obstante, expertos advierten que esta apreciación del peso debe ser monitoreada de cerca, ya que podría provocar efectos no deseados sobre la economía real, como caída en la rentabilidad de exportaciones o distorsiones en el mercado laboral. Por ello, la capacidad de intervención del Banco Central se vuelve una herramienta crucial para mantener la credibilidad del nuevo régimen cambiario.
La señal del BCRA también apunta a brindar certezas al mercado: si bien se apuesta a un tipo de cambio más libre, no se dejará al peso fluctuar sin control, sino que se actuará con firmeza para preservar la estabilidad lograda.